lunes, 3 de marzo de 2014

Delito grave

De Muhammad Ali se pueden escribir muchas cosas: de su increíble capacidad atlética para moverse como un peso mediano e impactar con la potencia de un peso pesado. O su ejemplar figura que intimido a todos en la loca época de los sesentas. O la comercialización de su imagen que hasta hoy se pueden encontrar en poleras. O del juicio que le quitó su campeonato.


Justamente, hace 50 años el joven afroamericano Cassius Clay conquistó el título de la Asociación Mundial de Boxeo de los pesos pesados derrotando a Charles Sonny Liston. Al poco tiempo el campeón abandonó su nombre por considerarlo un símbolo de la dominación blanca. Dejó de ser aquel joven para transformarse en un hombre musulmán. Renunció a sus amistades en Ohio, en aquel tiempo un estado anti negro, para revolucionar una sociedad profundamente discriminatoria. Él no era un boxeador negro que ocupaba su cuerpo para la entretención de los blancos.


“Lo voy a decir claramente, en la televisión. No. No pienso ir a 15.000 kilómetros de aquí para ayudar a asesinar y aniquilar a otro pueblo, para dar continuación al proceso esclavizador del hombre blanco sobre la gente de tez más oscura de esta tierra”, pegó Muhammad Ali con un discurso cauto sobre su condición de desertor. 


Ali tenía una salida para seguir siendo campeón. Cuando se acercó al centro de reclutamiento su círculo de hierro había pactado con el gobierno una incorporación de seis semanas en el centro de entrenamiento sin viajar a Vietnam. "Si aceptas la incorporación la vida continua", le dijo uno de sus abogados. 

Cuando el oficial vociferó su nombre para la incorporación pactada, se quedó quieto, sin pestañear, ni respirar. El oficial gritó nuevamente su nombre y le dijo que "renunciar al ejército era un delito grave, entiende señor", nuevamente, y por última vez, dijo su nombre, pero nada. Apareció un agente del FBI delante de él y lo detuvo. Un oficial del ejército salió al paso de las cámaras para entregar una voz oficial: “El Sr. Muhammad Ali  acaba de negarse a ingresar en las fuerzas armadas de EEUU. Se comunicará dicha renuncia al fiscal del Estado y a la autoridad militar local para que tomen las acciones necesarias”.

“Aquí acaba la carrera del campeón mundial Muhammad Ali ¿Qué ocurre ahora con si título? Sin duda, le será retirado por las autoridades de este país y por la Asociación Mundial de Boxeo”, dijo el famoso periodista Howard Cosell que mantenía una relación simultáneamente de amor y odio con Ali. Terminó con una frase apabullante, pero errónea: “Termine como termine su caso legalmente, no seguirá siendo campeón”.

“Están tomando medidas sin precedentes contra mí”, declaró el futuro campeón. El futuro revolucionario que desenmascaro con la ayuda de sus amigos a una sociedad que aun piensa que los negros son la entretención de los blancos.            

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