Bierhoff, Kahn y el capitán Matthaus deambulan desorientados sobre el Stade du Pays de Charlerou en Suiza. El golpe es duro, acaban de quedar eliminados en la fase de grupos de la Eurocopa Bélgica-Países Bajos 2000. La derrota tres a cero frente a Portugal de Lucho Figo es contundente. La participación no deja antecedentes salvables: cinco goles en contra, sólo uno a favor y últimos en un grupo conformado por: Portugal, Rumania (clasificados) e Inglaterra. La prensa alemana es brutal y exige cambios en el modelo.
Ballack, Frings y el panameño-brasilero Kuranyi discuten
con el entrenador Rudi Völler luego de que el checo Milan Baros decretara el
dos a uno en la Eurocopa Portugal 2004. El golpe es duro y abre viejas heridas
europeas. Alemania terminó penúltimo en la fase de grupos atrás de República
Checa y Países Bajos, sólo superó al débil Letonia. La participación roza la
debacle: dos partidos empatados y dos goles a favor. El fuego bávaro está
desapareciendo. La prensa internacional es cruel y reclama revisar las
bases.
La confederación despertó de su letargo y tomó cartas en
el asunto. Despidió a Völler, asumió Jurgen Klinsmann –ambos dupla de ataque en
Italia 90- la nueva propuesta era lógica: que los clubes que componen la
Bundesliga asumieran el compromiso de que la prioridad es la selección. Se
realizó un trabajo de captación con un biotipo de jugador en común: hábiles,
técnicos y polifuncionales. Desafió a la federación contratando a un entrenador
de hockey como coordinador de selecciones. El nuevo ciclo daba inicio y la
Eurocopa 2008 estaba tocando la puerta.
El niño Torres aprovechó la complicidad entre el arquero
Lehmann y el obediente Lahm, la picó antes del achique. “Escucho gol desde la
grada, porque desde mi perspectiva no veo la portería, y cuando veo que está
muy justa al palo, digo joder, Torres ha metido gol”, narró Casillas para la
televisión. Schweinsteiger se lamentó en el medio de la cancha, otra vez bailó
con la fea. Sin embargó, aquella noche en Viena no hay fracaso, al contrario,
las bases están cimentadas para continuar trabajando.
Klinsmann dejó el puesto y asumió su ayudante de campo
Joachim Löw. Transición prolija y manteniendo la forma. El nuevo técnico aplicó
el desorden organizado: jugadores tienen tareas asignadas, pero se mueven con
total libertad. En la Bundesliga Heynckes, entrenador del Bayer Múnich y Jürgen
Klopp, entrenador del Borussia Dortmund comparten la idea y desarrollan doctrinas
similares: la punta de lanza es el juego colectivo a través de la posesión de
pelota, para cambiar el ritmo y la dirección en tres cuartos de cancha hacía
delante. Organización completa, desde la base hasta la elite. Además,
aparecieron nuevos jugadores jóvenes como Özil, Khedria, Gotze, Neur, Gündoğan
y Boateng, el modelo incluye futbolistas de origen turco, tunecino, bosnio,
polaco y ghanés.
El Durban Stadium en Sudáfrica es testigo de cómo Özil,
Klose y Kroos observan el cabezazo salvaje de Puyol. Eliminados en semifinales,
la derrota es tomada como herramienta para continuar trabajando, lejos del
cortoplacismo, cerca de los procesos porque la fortaleza futbolística nace en
la forma de jugar.
Badstuber, Hummels y Gómez incrédulos miran como Mario
Balotelli les encajó dos goles en la semifinal de la Eurocopa Polonia-Ucrania
2012. Varsovia fue
testigo del
derribo bávaro. Alemania superior en todos los indicadores de juego, por
ejemplo en córners ganó 14 a 0, en posesión logró 54 por ciento contra 46 de su
rival. El fútbol no conoce de justicia. La confederación mantiene a Löw en el
cargo, él tiene ganas de seguir con el modelo contracultural.
Weidenfeller, Hummels, Gündoğan vestidos de amarillo
bastones negros, al frente, Neur, Boateng, Müller envueltos de rojo tiras
blancas. Final de la Uefa Champions League, el modelo coronó a un país en el
mítico Wembley. Heynckes, triunfador en el éxito dio un paso al costado y
concedió espacio para que el modelo iniciara su etapa final. El Bayer Múnich
contrató a Guardiola. Neur, mejoró con los pies. Schweinsteiger, se convirtió
en un organizador de lujo. Kroos, abandonó la alternancia para dar el salto a
la elite. Boateng, supo que salir jugando era más conveniente que el pase lago.
Müller empezó en la banda para terminar la jugada por el centro. Lahm jugó de
cinco, de ocho, de tres, de todo. El español aportó funcionamiento colectivo a
la forma, proyectándola a la condición de perfección.
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