miércoles, 30 de julio de 2014

Defensora multicultural del proceso



Bierhoff, Kahn y el capitán Matthaus deambulan desorientados sobre el Stade du Pays de Charlerou en Suiza. El golpe es duro, acaban de quedar eliminados en la fase de grupos de la Eurocopa Bélgica-Países Bajos 2000. La derrota tres a cero frente a Portugal de Lucho Figo es contundente. La participación no deja antecedentes salvables: cinco goles en contra, sólo uno a favor y últimos en un grupo conformado por: Portugal, Rumania (clasificados) e Inglaterra. La prensa alemana es brutal y exige cambios en el modelo.

Ballack, Frings y el panameño-brasilero Kuranyi discuten con el entrenador Rudi Völler luego de que el checo Milan Baros decretara el dos a uno en la Eurocopa Portugal 2004. El golpe es duro y abre viejas heridas europeas. Alemania terminó penúltimo en la fase de grupos atrás de República Checa y Países Bajos, sólo superó al débil Letonia. La participación roza la debacle: dos partidos empatados y dos goles a favor. El fuego bávaro está desapareciendo. La prensa internacional es cruel y reclama revisar las bases. 

La confederación despertó de su letargo y tomó cartas en el asunto. Despidió a Völler, asumió Jurgen Klinsmann –ambos dupla de ataque en Italia 90- la nueva propuesta era lógica: que los clubes que componen la Bundesliga asumieran el compromiso de que la prioridad es la selección. Se realizó un trabajo de captación con un biotipo de jugador en común: hábiles, técnicos y polifuncionales. Desafió a la federación contratando a un entrenador de hockey como coordinador de selecciones. El nuevo ciclo daba inicio y la Eurocopa 2008 estaba tocando la puerta.

El niño Torres aprovechó la complicidad entre el arquero Lehmann y el obediente Lahm, la picó antes del achique. “Escucho gol desde la grada, porque desde mi perspectiva no veo la portería, y cuando veo que está muy justa al palo, digo joder, Torres ha metido gol”, narró Casillas para la televisión. Schweinsteiger se lamentó en el medio de la cancha, otra vez bailó con la fea. Sin embargó, aquella noche en Viena no hay fracaso, al contrario, las bases están cimentadas para continuar trabajando.

Klinsmann dejó el puesto y asumió su ayudante de campo Joachim Löw. Transición prolija y manteniendo la forma. El nuevo técnico aplicó el desorden organizado: jugadores tienen tareas asignadas, pero se mueven con total libertad. En la Bundesliga Heynckes, entrenador del Bayer Múnich y Jürgen Klopp, entrenador del Borussia Dortmund comparten la idea y desarrollan doctrinas similares: la punta de lanza es el juego colectivo a través de la posesión de pelota, para cambiar el ritmo y la dirección en tres cuartos de cancha hacía delante. Organización completa, desde la base hasta la elite. Además, aparecieron nuevos jugadores jóvenes como Özil, Khedria, Gotze, Neur, Gündoğan y Boateng, el modelo incluye futbolistas de origen turco, tunecino, bosnio, polaco y ghanés.

El Durban Stadium en Sudáfrica es testigo de cómo Özil, Klose y Kroos observan el cabezazo salvaje de Puyol. Eliminados en semifinales, la derrota es tomada como herramienta para continuar trabajando, lejos del cortoplacismo, cerca de los procesos porque la fortaleza futbolística nace en la forma de jugar.

Badstuber, Hummels y Gómez incrédulos miran como Mario Balotelli les encajó dos goles en la semifinal de la Eurocopa Polonia-Ucrania 2012. Varsovia fueeVarsovia ess de seguir con el modelo contracultural.
ia 2012. Varsovia es testigo desmantelo  de los procesos, porque la fort testigo del derribo bávaro. Alemania superior en todos los indicadores de juego, por ejemplo en córners ganó 14 a 0, en posesión logró 54 por ciento contra 46 de su rival. El fútbol no conoce de justicia. La confederación mantiene a Löw en el cargo, él tiene ganas de seguir con el modelo contracultural.

Weidenfeller, Hummels, Gündoğan vestidos de amarillo bastones negros, al frente, Neur, Boateng, Müller envueltos de rojo tiras blancas. Final de la Uefa Champions League, el modelo coronó a un país en el mítico Wembley. Heynckes, triunfador en el éxito dio un paso al costado y concedió espacio para que el modelo iniciara su etapa final. El Bayer Múnich contrató a Guardiola. Neur, mejoró con los pies. Schweinsteiger, se convirtió en un organizador de lujo. Kroos, abandonó la alternancia para dar el salto a la elite. Boateng, supo que salir jugando era más conveniente que el pase lago. Müller empezó en la banda para terminar la jugada por el centro. Lahm jugó de cinco, de ocho, de tres, de todo. El español aportó funcionamiento colectivo a la forma, proyectándola a la condición de perfección.

Neur; Lahm, Hummels, Boateng, Höwedes; Kramer, Schweinsteiger, Müller, Kroos, Özil y Klose vestidos de blanco líneas rojas. No son rivales, al contrario, son aliados y luchan contra los leones de Sabella. La final es historia reciente y conocida. Alemania defensora multicultural del proceso. 


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