En
Turín, al norte de Italia, la fiesta es maciza. Juventus acaba de golear al
Cagliari –de Mauricio Pinilla- por tres goles a cero, superando los 100 puntos
y consiguiendo el tricampeonato. Nadie piensa en el drama, no hay espacio para
el llanto. Al contrario, Antonio Conte parece distendido, con la mano en los
bolsillos posa para la prensa gráfica. Carlos Tévez camina tranquilo rodeado
por sus hijos: “El gol más lindo de todos fue el que le hice al Milán de
visitante”, señaló en medio de la celebración. Desde el público aparecen dos
pancartas, la primera dice: “Keep calm” y aparece el nombre de ¡PogBAM!, la
segunda tiene impreso “pura Vidal”, con los colores de la bandera italiana.
“Arturo
ha jugado hace siete días atrás y pareciera que fuese un problema, pero al
final no lo es y no se perderá el mundial”, dijo Conte mientras el vestuario
descorchaba botellas de vino espumante. “Ayer lo vi bailando, está bien, no se
preocupen, Vidal está en forma”, agregó. En Chile no había fiesta, ni espacio
para la celebración, más bien, existía incertidumbre por una posible lesión del
mediocampista. Su equipo, el cual gasta millones para satisfacerlo, jamás salió
al paso de las especulaciones y no entregó ningún comunicado oficial. Las teorías conspirativas,
incluso, decían si Juventus llegaba a la final de Uefa Europa League, Vidal
hubiera sido titular y figura.
“Arturo está fuera para el partido contra el Benfica. Lo dejaremos descansar y esperamos que esté de vuelta en una semana”, expresó el entrenador en la previa de la semifinal. El 24 de abril, Sergio Jadue, presidente de la Asociación Nacional de Fútbol Profesional (ANFP), envió a Fernando Bacci y José Amador (médicos de la selección) hasta Turín para conversar con el jugador y revisar el diagnóstico. Sampaoli no conforme con la intervención médica decidió llamar telefónicamente a Vidal. “Me dicen que estoy bien, deficilmente creen que necesite una operación”, le contó el jugador.
“Arturo está fuera para el partido contra el Benfica. Lo dejaremos descansar y esperamos que esté de vuelta en una semana”, expresó el entrenador en la previa de la semifinal. El 24 de abril, Sergio Jadue, presidente de la Asociación Nacional de Fútbol Profesional (ANFP), envió a Fernando Bacci y José Amador (médicos de la selección) hasta Turín para conversar con el jugador y revisar el diagnóstico. Sampaoli no conforme con la intervención médica decidió llamar telefónicamente a Vidal. “Me dicen que estoy bien, deficilmente creen que necesite una operación”, le contó el jugador.
“Vidal
es un jugador importante para nosotros, y
también para la selección chilena. Entendemos la preocupación y la
alarma que existe en Chile, pero la Juventus es quien paga su sueldo, y es por
ello que somos los primeros en preocuparnos y cuidar de él”, añadió Conte en
rueda de prensa sobre la situación del jugador. Las selecciones sudamericanas
están y quedaron expuestas. La prioridad es del club, que sólo pedirá
recomendaciones si lo encuentra necesario, sino, hace y desase en función de un
rendimiento colectivo exitoso.
El
Juventus Stadium arropa a los suyos, pero el equipo no puede romper la
resistencia de Jan Oblak, arquero del Benfica. Termina el partido, y el dos a
uno de la ida es suficiente para que Juventus baje la cabeza y se marche al
vestuario. Sin jugar en el campeonato doméstico, son campeones: la Roma perdió
por cuatro a uno en su visita al Catania. Sin embargo, la novela continúa. “La
decisión de operar a Vidal no la tomamos nosotros”, lanzó enfáticamente
Giovanni Carcuro, médico de la roja.
Los
cuerpos médicos de ambas instituciones se reúnen con el traumatólogo español,
Ramón Cugat quien determinará si el futbolista debe someterse a una cirugía
para reparar el menisco externo de la articulación. “Es difícil, pero no
imposible que vaya al mundial. La recomendación sería una recuperación lenta de
tres meses, pero haremos los esfuerzos para que llegue”, dijo Cugat.
No hay plazo que no se cumpla. Llegaba la operación que el club intento evitar. “Han pasado 40 minutos, cuando lo vi estaba durmiendo, porque estaba sedado completamente, él pidió no ver nada del pabellón”, fueron las primeras palabras de Cugat. “He visto la rotura del menisco externo. La parte que estaba rota la sacamos y dejamos un buen trozo”, explicó. Y además se refirió a la fortaleza mental del jugador: “Muy fuerte. Un temperamento valiente, siempre positivo, es un ganador, un crack”.
“La operación salió muy bien, ahora a poner todo para estar con mis compañeros en Brasil”, escribió en su cuenta de Twitter, acompañado por Alexis Sánchez. La rodilla es una cuestión de estado en Chile, Michelle Bachelet, Presidenta de la república, le deseo una pronto recuperación: “Queremos que Vidal juegue”, aseguró frente a los medios.
Vidal debe encontrar esa capacidad humana para asumir con flexibilidad situaciones límites y sobreponerse a ellas, eso que llaman resiliencia. La percepción exterior hace pensar que jamás se perdería una oportunidad de jugar un mundial y representar a su país. Todos argumentos narrativos románticos. El asunto es cómo los equipos sumergen a los jugadores hasta desgastarlos, pero no desde un aspecto físico mental de los preparadores físicos. Sino, de calendarios exigentes, de contratos con empresas televisivas que te obliga a que todos jueguen y se rompan. El caso de Arturo Vital es uno más.
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