martes, 13 de mayo de 2014

Ciudadano Kane


Orson Welles alcanzó el éxito cuando tenía 23 años, realizó la adaptación de La guerra de los mundos e hizo trabajo radiofónico simulando una invasión extraterrestre. “Señores, señoras, esto es lo más terrorífico que nunca he presenciado… ¡Espera un minuto! Alguien está avanzando desde el fondo del hoyo. Alguien… o algo. Puedo ver escudriñando desde ese hoyo negro dos discos luminosos… ¿Son ojos? Puede que sea una cara. Puede que sea…” lanzó a través del micrófono. 

La histeria colectiva se produjo de inmediato, -evidenciando el poder que tenían los medios de comunicación de masas-. El pánico se apoderó de las calles de Nueva York y Nueva Jersey. Al día siguiente surgieron las protestas, afuera del teatro Mercury, exigiendo responsabilidades: la cabeza de Welles y una explicación. Este episodio lo catapulto a la cima, pero además dio inició a la persecución.

La persecución es una estrategia represiva, se puede ejecutar individualmente o en grupo. Ataque de un colectivo a un individuo del cual se diferencie por pensar o tener determinadas características físicas, religiosas, políticas o futbolísticas. Manuel Pellegrini sabe de lo que hablo: continuamente es perseguido por fracasar en su país. Cuando dirigía a Universidad de Chile viajó a un curso de perfeccionamiento en Lilleshall, Inglaterra. Durante tres semanas el equipo quedó a cargo de sus ayudantes, perdiendo los tres partidos, al final de temporada, el equipo descendió por un gol de diferencia.

Pensaban que Welles era comunista, nunca se comprobó, por esa razón tuvo que abandonar Estados Unidos. Sin embargo, cuando triunfo en Europa pudo volver. Pellegrini fue saboteado por la prensa, ninguneado, mirado en menos. Pero ahora que ganó la Premier League (único entrenador sudamericano en conseguirlo) es alabado, los periódicos gastan tinta elogiando su mesura –que a ratos se confunde con falta de pasión-, impresionados con su capacidad de adaptación o la tenacidad para conseguir el éxito en tierras lejanas.

Primero le dijeron “The quiet man”, el hombre tranquilo, porque eso es lo que representa en el área técnica. Enemigo del cortoplacismo, transita el camino de la paciencia y prudencia. Saca su libreta, anota o lo charla con Rubén Cousilla (jugó en Huachipato), su histórico ayudante técnico. Después le escribieron en una pancarta que salió entre el público: “The charming man”, el hombre encantador, porque eso es lo que simboliza en cada conferencia de prensa, mezclando el inglés con el español, dando vida a la ingeniería del lenguaje.   

Welles convención al guionista Herman j. Mankiewicz para escribir una historia basada en la vida de William Ranfolph Hearst, magnate de la prensa, propietario de dos importantes periódicos. Protagonizó y dirigió la película con el nombre de Ciudadano Kane, donde utilizó estilos impropios de la época: como el uso del documental dentro de la propia historia. Pellegrini convenció a Ferrán Soriano, director ejecutivo y a Txiki Begiristain, director deportivo del equipo inglés (dupla directiva exitosa en Barcelona 2009) de españolizar al Manchester City contratando a hábil delantero Negredo y al punzante Navas.   

Amigo de los jugosos bistecs de vacuno, murió de un ataque cardiaco en 1985 (70 años). Conocido era su amor por España donde sembraron sus cenizas. El ingeniero (60 años) mantiene un vínculo con la península Ibérica, pues allí ha cimentado grandes campañas con equipos de billetera corta.  

Terminada la temporada Pellegrini regresará a Chile. Se esconderá en su casa evitando las agendas mediáticas, intentará mantener el estilo solitario, austero, camuflado por su círculo familiar. Pensará en mejoras del equipo. Aplicará la técnica del hombre tranquilo, si es que, ningún programa de televisión lo contrata para la transmisión del mundial, si eso sucede, ahí, cuando las luces lo enfoquen podrá ser el hombre encantador o ¿ya lo es?  


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