sábado, 3 de mayo de 2014

La banana de Sterling

¿Banana o plátano?

“Mi padre siempre me decía come plátanos que evita los desgarros”, dijo Daniel Alves cuando le preguntaron por el acto de racismo que sufrió en el Madrigal: le lanzaron una banana, y en vez de arrancar al vestuario, la agarró y le dio un mordisco. Un acto de sabiduría, una humorada. “Si pudiera colgaría la foto del agresor en Internet para avergonzarle”, agregó. A priori, se cree que nadie legitimara un acto de racismo. Sin embargo, la enfermedad avanza contagiando a personas que se creen superiores a otros por una fuerza mágica y extraña.


En los mapas no figura, pero esta. Es invisible, pero esta. El deporte como espejo de las sociedades modernas, lejos de lo moralmente correcto. Representa la cultura que nos antecede y envuelve. Es curioso el caso de Donald Sterlin, propietario más antiguo de una franquicia de NBA (compró a los Clippers en 1981), es algo así que te guste sólo la pimienta blanca y no la negra. “Me molesta mucho que tú quieras transmitir que te relacionas con los negros. ¿Tenías que hacerlo?”, disparó, supuestamente, Sterling a Stiviano, su novia afroamericana. “Puedes estar con negros, puedes estar con ellos, puedes hacer lo que quieras, la pequeña cosa que te pido es que no los promociones y que no los traigas a mis partidos. Yo mantengo y les doy comida a esos jugadores negros”, agregó el expulsado propietario por el comisionado Adam Silver, marcando una actitud sin precedente. Tolerancia cero. Contundente, sin contemplaciones, marcando la cancha y dejando en claro cuáles serán los castigos si alguien intenta una maniobra similar.

Estados Unidos, cuya constitución es, sobre el papel, el paradigma de las libertades basta que levantes la alfombra para encontrar la suciedad. Raspando el barniz se encuentra la mugre. Un estudio elaborado por la Universidad de Harvard, publicado por el New York Times, coloca a Mississippi, junto a Alabama, Georgia, Lousiana y Tennessee (cuna del Ku Klux Klan) como los estados más racistas del país. Los jugadores de los Clippers fueron recibidos por el público de Oakland al grito de: “Let’s go KKK Clippers” (Vamos Ku Klux Klan Clippers), una manifestación dolorosa para jugadores de raza negra que se pusieron bandas negras en sus muñecas y brazos, además de vestir medias del mismo color.   


Hoy habrá sido Sterling, o el anónimo del Madrigal (descubierto en las últimas horas), pero mañana será otro y eso es lo lamentable. El deporte seguirá aguantando representaciones de la conducta humana, pero intentar que sea la solución al problema es un error, la visibilidad del racismo en la última semana es sincrónica o temporal.

¿Banana o plátano?, poco importa.  


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