martes, 10 de febrero de 2015

Nacional nomás

“Por tanto os digo: conoce a tu enemigo y conócete a ti mismo; en cien batallas, nunca saldrás derrotado. Si eres ignorante de tu enemigo pero te conoces a ti mismo, tus oportunidades de ganar o perder son las mismas. Si eres ignorante de tu enemigo y de ti mismo, puedes estar seguro de ser derrotado en cada batalla”, dice el indefectible libro: El arte de la guerra, escrito en la antigua China por el estratega militar, Sun Tzu. Es considerado un libro de valor incalculable y en la actualidad es de gran influencia en casi todo el mundo en ámbitos tan dispares como la política, los negocios, los deportes y la guerra.

“El ánimo es más importante que la realidad material”, dijo alguna vez el escritor y periodista uruguayo Carlos Maggi. En el año 2010, adhirió al movimiento Concertación Ciudadana: bipartidismo que se materializó en una expresión electoral concreta para oponerse al exitoso partido Frente Amplio, que, por esos momentos, lideraba el carismático José Mujica: “Montevideo es una ciudad estrictamente futbolera”.

Fue establecida capital nacional en 1828, y rápidamente, 14 equipos de fútbol la poblaron. Diferente a casi todos sus países vecinos, ha sido dominada totalmente por dos grandes: el Peñarol (ferroviario) y el Nacional (criollo), repartiéndose el 90 por ciento de los títulos profesionales desde el nacimiento del torneo rentado en 1932. Oscar Washington Tabárez lleva nueve años a cargo de la Selección Nacional y conoce como tatuaje en la piel esta rivalidad: “Los dos equipos grande tienen una historia y un poder de convocatoria que los hace totalmente diferentes”.  Los uruguayos nacen futbolistas, y si no son futbolistas, se dedican a otra cosa.

“La explicación de por qué somos conocidos en el mundo por el fútbol te lo denominaría con una sola palabra: milagro, pero no me preguntes que hay detrás del milagro porque ni yo sé”, reflexionó Sebastián Abreu, ídolo de Nacional, que lleva 64 partidos jugados, anotando 44 goles y logrando un gol cada 69 minutos. Goleador de raza.

Tradicionalmente a los hinchas de Nacional los apodan el bolso, porque antiguamente la camiseta llevaba un bolsillo en la zona del escudo. Fundado en 1899 es el equipo más ganador de la historia del fútbol charrúa y cuarenta años después vivió uno de los logros más importantes de su historia: denominado el quinquenio de oro (campeón entre 39-43). Los albos ganaron los campeonatos con jerarquía y de manera consecutiva. En 1941 salió campeón invicto y goleando a Peñarol por seis a cero. Por ese entonces, había un plantel de lujo: Luis mandrake Castro, Aníbal príncipe Ciocca, Roberto Porta y Atilio bigote García.   

Durante eso cinco años, disputaron 93 partidos: ganaron 77, empataron nueve y perdieron diez, marca que aún no puede ser superada. Además, tienen el récord de partidos en Copa Libertadores, ganándola los años 1971, 1980 y 1988 (también esos años ganaron la Copa Intercontinental). “El paladar del hincha de Nacional es fino”, declaraba el centrocampista Santiago vasco Ostolaza. Del mismo modo, es el único club uruguayo en ganar la Copa Interamericana y primer campeón de la Recopa Sudamericana en 1989.

“Nacional representa un estilo de vida. Lo llevas siempre, constantemente, porque estás tomando un café con leche y la taza es de Nacional. Todo lo que haces durante el día está relacionado con los tres colores”, contó Abreu. En el año 2013, el club realizó el lanzamiento de la campaña de socios: el uno más uno, donde los futbolistas –entre ellos el loco y Álvaro Recoba –del plantel principal se hicieron socios y recibieron a los hinchas con el fin de aumentar el padrón social. De esta manera los ídolos renovaron no sólo su carnet vitalicio, sino, también reforzaron la identidad tricolora. Así, la comisión directiva, encabezada por Eduardo Ache, entendió que una campaña de marketing asociativa puede generar recursos importantes para Nacional.

“Este mural es uno de los más preciados para nosotros –dice el líder del grupo con un pasamontañas –porque nos identifica como la Costa de Oro y Carbón, y como se puede ver hay unos cuantos chorretes de aceite quemado, que es otra modalidad de los plumíferos (hinchas del bolso) para bandalizar los muros. Vienen en motos, paran, bajan dos y en 60 segundos lo escrachan”. El fútbol es una fantasía, no se puede estar contento donde once extraños se pasan la pelota, la meten dentro de un arco y uno está feliz. Lo importante es estar feliz, no cuestionar. Sin embargo, dentro de toda utopía hay un enemigo, y en el caso de Nacional de Montevideo es Carlos Gardel: “En Uruguay soy de Peñarol porque es pueblo”.


miércoles, 24 de diciembre de 2014

Salas y River campeón

Las historias configuran el imaginario colectivo de un equipo y transportan a sus protagonistas a la categoría de leyendas. En Buenos Aires un 15 de diciembre de 1996 comenzó a fraguarse uno de esos relatos, donde la rebeldía, el talento y la vocación lograron derrotar todos los prejuicios.  

El uruguayo e ídolo inquebrantable Enzo Francescoli abandona la cancha para que ingrese el chileno Marcelo Salas. El destino quiso construir un amor trasandino. El perseguidor Independiente no puedo quebrar la resistencia de Huracán Corrientes y cae tres a dos como visitante. El perseguido River Plate golea a Vélez Sarsfield con dos goles del chileno y uno del diablo Monserrat. Aquella noche lluviosa del Torneo Apertura de 1996, por la fecha 18, nació una idolatría sin contemplaciones. Romanticismo cosido por goles y enganches.

La frase del título le pertenece al recalcitrante Marcelo Araujo. Relator símbolo de la década del ’90. Fundador de un mal endémico: relatores buscando un protagonismo ajeno a su función principal. Un estilo perdurable en el tiempo, pero condescendiente, gritón y burlesco. Transitando su mejor época como “contador de partidos” utilizó al millonario para establecer sus códigos. Salas, probablemente, también ocupó a River para vivir su mejor época: en tres años (’96, ’97 y ’98) disputó 50 partidos, marcando 35 goles y levantando tres campeonatos nacionales (Apertura ’96, Clausura ’97 y Apertura ’97). En cada gol, una celebración. En cada abrazo el Monumental estallaba gritando: “chileeenooo, chileeeenooo”.

¿Se acuerdan del día en que Marcelo Salas debutó con la camiseta de River ante Boca? Tras pase de Ortega y, posterior, control dirigido en el aérea, cruzó el balón para matricularse con un golazo frente a Navarro Montoya. La hinchada gallinera desató la locura sobre dos bandejas de la Bombonera. La patraña cuenta que Bilardo desestimó la contratación de Salas en Boca Juniors aduciendo que ningún chileno había triunfado en Argentina. Rodilla al suelo e índice al cielo tomó sus cosas y se marchó al barrio de Belgrano para ser feliz.

Especialista en crear silencios que se prolongaban en el festejo de unos pocos construyó su consagración. Apodado matador debido a su sangre fría a la hora de definir. Continuó su carrera goleadora en Italia: ganando siete campeonatos; cuatro con Lazio y tres con Juventus. En 2003 retornó a River para ganar el Torneo de Clausura 2004. Sin embargo, debido a las lesiones nunca pudo retomar su forma física. Odiado por los hinchas de Colo Colo y por los de Católica, o por los de Boca, y por qué no, por los de la Roma. En todos los equipos que jugó logró coronarse campeón.

En medio de la cotidianidad de un partido de fútbol, matizado por balones largos que intentan dividir y jugadores torpes que confunden intensidad con correr a los palos. Salas, aparecía como una fisura  o una grieta en la pared –Julio Cortázar utilizaba esa categoría para referirse a cuestiones asombrosas en sus cuentos–, alargando los segundos para que se hagan más largos y poder liquidar de zurda. Dentro del bullicio y la oscuridad trajo control y claridad. Llevó a Chile al Mundial de Francia ’98: anotando cuatro goles y convirtiéndose en el máximo anotador de su selección, 37 goles en 70 apariciones.

La representación del otrora goleador no sólo encandiló en las canchas de fútbol, también desbordó habilidad como figura publicitaria. A principios del 2000, cuando lideraba al conjunto lazial junto a Sebastián Verón, Diego Simeone y Hernán Crespo, protagonizó un comercial para una marca de champú: “Marchelo tu Linic, es maravilloso que un futbolista como tú tenga un pelo tan firme”, decía una italiana rubia, blanca y voluptuosa. “Scusa –agregaba- ah marchelo gracias a Linic tú pelo es como tú: suave y brillante”. Salas no hablaba, sólo miraba y toqueteaba. La modelo no mentía: Salas tenía un control suave y una finalización brillante.


          
“No soy de contar mis cosas ni lo que pienso. Mi cumpleaños me pilla en un momento muy bueno me siento bien, realizado en mi vida. Mi carrera fue muy buena. Estoy orgulloso de todo lo que hice, ahora estoy en otra vereda”, comentó el matador, que actualmente preside Deportes Temuco: “Soy dirigente de un club y eso me permite estar cerca del fútbol, pero no las 24 horas. Eso me cansó un poco, estoy disfrutando otras cosas”, cerró. Entiende que las transformaciones perdurables y verdaderas nacen en el tiempo debido a decisiones políticas, como lo hizo en 1996. 


miércoles, 26 de noviembre de 2014

Déjà vu


El deporte se sacude por ciclos, como la vida, los años después de lo extraordinario aparecen como continúas copias que unos intentan clonar, como si el fútbol fuera una ciencia. Y otros, sencillamente, aprovechan para aprender, implantar y renovarse. En nueve años, Messi no sólo se modernizó, sino, que rompió todos los récords de los hombres perros.

Escribo esto mientras pasan por la televisión los 74 goles de la pulga por Liga de Campeones: lo ha logrado en 91 partidos –por los 142 que jugó Raúl, otrora goleador del Real Madrid –su víctima favorita es el Milán con ocho goles e Iniesta su mejor socio con nueve asistencias. El 64 por ciento de aquella cifra lo logró con su pierna natural, la izquierda. Sin embargo, los tres goles que hizo frente a la trampa del Apoel chipriota fueron con la pierna derecha, porque “el poder de Messi no está en la lógica, sino en aquello ilógico e indescifrable para todos los demás, incluso para sí mismo” escribió Orfeo Suárez en su libro “palabra de entrenador”.     

Marcó 59 de zurda, 11 con la derecha y cuatro de cabeza. 11 de los 74 fueron desde fuera del área, dos de tiro libre y ocho de penal. Es el máximo anotar en un partido de Champions con cinco goles (frente al Bayern Leverkusen en la temporada 11-12), selló tres tripletes y 15 dobletes. Hartado de goles gambeteadores, cambio de canal apretando las teclas del control remoto. Subo dos o tres canales y freno. Pero, otra vez, se cruza la pulga en mi camino.     

Están pasando sus 253 goles por Liga Española. Parece un déjà vu. Lo engancho desde el principio: mayo del 2005 –con 17 años –anotó su primer gol después de una definición infinita tras pase de Ronaldinho. Melena fresca al viento y casaca número 30. El Real lo sufrió 14 veces.

El primer compacto parecía una copia del segundo. El movimiento que más se repetía eran sus diagonales infernales desde la derecha hacía el centro, hasta que Guardiola lo mandó al centro para convertirlo en un sinónimo de gol. “Soy un delantero centro mentiroso. El entrenador me habló muchas veces de que quería que jugara ahí y lo empezamos hacer. Era ideal dado nuestro juego en Barcelona, porque casi todo se arma desde el centro”, dijo después del 2 a 6 al Real.

Estaba en un tipo de paramnesia de reconocimiento, caracterizada por la experiencia de sentir que había sido testigo o experimentado previamente una situación nueva. El fútbol es un déjà vu constante. Nietzsche, el pensador alemán, advirtió sobre aquello del eterno retorno y cumplir años no es más que una constatación de aquel concepto como reflejo permanente de la vida, es un círculo que se puede recorrer por muchos y distintos caminos, pero siempre acabas viendo una parte similar de todos los momentos.

En 2006, posterior al paso del huracán Katrina que azotó a Nueva Orleans se rodó la película déjà vu protagonizada por Denzel Washington, que interpreta a un agente que viaja al pasado para impedir un ataque terrorista. Clásica bazofia gringa donde la categoría pierde su densidad para convertirse en producto de mercado.        

Por suerte, los récords de Messi también son un déjà vu, próximamente sumará más de 23 tripletes (actualmente tiene 19) por La Liga para superar a Ronaldo, Zarra y Di Stéfano. La jugada puede diseñarse de diferentes maneras, pero siempre terminará con el mismo paisaje: la pelota dentro del arco y Messi con el pulgar en la boca por su hijo o señalando al cielo con ambas manos por su abuela.

Quizás, leíste esta nota o fuiste testigo de una similar. Eso quiero decir que estas en un déjà vu. 


miércoles, 24 de septiembre de 2014

Bravo: contra Ter Stegen y los medios catalanes


“Tensión, tensión, tensión”, gritó Claudio Bravo en cada tiro de esquina que recibió frente al Villareal. Los buenos arqueros son capaces de señalar aspectos significativos del juego a sus compañeros, pues gozan de una visión panorámica señera. Barcelona lleva un comienzo de Liga demoledor: invicto en cuatro fechas con 11 goles anotados y cero en contra. El entrenador del equipo catalán, Luis Henrique, eliminó antiguos vicios y fabricó un sistema defensivo colectivo e intenso.

“Sin noticias de Claudio Bravo”, tituló José Luis Artus para el periódico Mundo Deportivo el pasado domingo. “La noticia atrás –agregó- está precisamente en que no hay noticias de momento respecto al arquero…a los números de Bravo hay que sumar los de Ter Stegen –continuó- quien tampoco recibió diana alguna en el único encuentro de que ha disputado, el de Champions ante el Apoel. Es más, el alemán incluso se lució con una parada final en los últimos instantes que evitó el empate”. Entonces el chileno sin novedades, mientras que el bávaro se luce.

“Las rotaciones me generan tranquilidad. El mensaje que nos da el técnico es que no quiere contar con 11 jugadores sino con 24, porque así hay mayor competencia y sube el nivel del equipo”, explicó Bravo por radio Cooperativa. En el diario deportivo Sport el mensaje es diametralmente diferente al del arquero: “Para ellos (Comisión Directiva) la primera opción para la presente temporada es Ter Stegen. Destacan de él que es como un robot, muy alemán, muy cuadriculado, muy profesional, muy meticuloso. Y estas características gustan. A priori, Stegen jugará más partidos que ningún otro”, escribió Albert Masnoy que además encabezó: “Juega Bravo, el titular es Ter Stegen”.

“La afición se divide entre Claudio Bravo y Ter Stegen”, trazó Mundo Deportivo que realizó una encuesta para saber que arquero tenía mayor preferencia en la hinchada. “No ha encajado ningún gol en estos partidos de Liga aunque Ter Stegen es un gran portero y hay ganas de verlo”, emitieron algunos seguidores. “Bravo ha empezado muy bien, es un partido importante, mejor seguir con él”, opinaron otros. Sin embargo, el periódico terminó la noticia con declaraciones a favor del alemán: “En cambio, otra parte de la afición asegura que ‘habría que probar ya con Ter Stegen’, ‘ya debe debutar’, ‘hay ganas de verlo’. Sport también lanzó su seudo encuesta, dándole un 66 por ciento de preferencias al europeo.

De esta manera ciertas publicaciones intentan construir un sentido de favoritismo hacía el europeo. Los medios imponen qué temas deben ser visibles y cuáles deben ser ocultos. No obstante, dentro de esta telaraña de amiguismos, Bravo tiene sus adherentes, escasos, pero tiene: “Luis Henrique fue quien solicitó a Zubizarreta (Director Deportivo) que fichase al portero de la Real Sociedad. El entrenador apostó fuerte por Bravo y no cejó en su empeño de traerse al chileno a Barcelona… Tiene las características idóneas para el juego blaugrana, pero además ya conocía la Liga”, escribió J.M Bertrán para Sport el 15 de septiembre.

Platón entendía la opinión como un punto intermedio entre el conocimiento y la ignorancia, un conocimiento parcial y propio de la mayoría. Los medios dicen que es, es decir, aquellas opiniones que por una razón u otra son dominantes en el espacio informativo. “Llegamos al vestuario dos horas antes del partido, tenemos una charla y es entonces cuando se sabe quién juega”, contó el capitán de la selección chilena. Sumando 360 minutos de imbatibilidad igualó a Pablo Cavallero que en la temporada 2001-02 para el Celta de Vigo alcanzó cuatro fechas invicto. El récord le pertenece a Pello Artola que en la campaña 1977-78 logró seis fechas sin recibir goles.

Las primeras impresiones de la prensa catalana fueron explicitas: Ter Stegen, titular; Bravo, reemplazante. El alemán lo civilizado, el chileno la barbarie. Construcción sin maquillaje. Las sólidas actuaciones permitieron que la discusión dialéctica girara: “Claudio Bravo: 0 goles, 3 camisetas”, colocó Mundo Deportivo que además agregó: “Sin duda, un portero de récord… y solidario”.

Los triunfos sin goles en contra acabaron con la discusión. Ahora, hay que continuar desestabilizando la cueva merengue: “Bravo 0 – Casillas 8”, fue lo último de Sport.

miércoles, 27 de agosto de 2014

Cane Medel


“¿Tienen la noche libre?” –Preguntó un periodista- “sí, tenemos la noche libre ¿por qué tienes algún problema?”, respondió Garito Medel. “No, es sólo una pregunta”. “Aaah o quieres que estemos encerrados”, finalizó el jugador. Miró a los reporteros locuaces con cara de pocos amigos. “Bueno muchachos que estén bien”, dijo mascando la rabia, luego de una pregunta con “poco tacto”.

Para empezar, debo admitir que soy hincha de Medel – de ahí que lo llame Garito y no Gary Alexis a secas-, un vínculo irrenunciable, indestructible e insoslayable concebido por una institución que transita los caminos del desazón permanentemente. Porque los amores escasean de raciocinio, no se está por conveniencia o comodidad, al contrario, mientras más dolor exista el sentido de pertenencia pareciera aleonarse.  

Modelo de cómo se debe ascender en la escala social burócrata. Nacido en la comuna de Conchalí, precisamente en la población La Palmilla: “Villa de escasos recursos compuesta eminentemente por trabajadores, empleados y obreros de clase baja. Si bien el sector no es en sí problemático, los barrios aledaños sí son peligrosos”, escribió el periodista Joaquín Rivero para el periódico The Clinic. Las lágrimas de Garito conmovieron a todo un país con su entrega en el mundial. Lesionado, vendado hasta los dientes, construyó un carácter fibroso a punta de pases a la cuneta y la guapeada chora. Convencido de que los cocos y la maña se ganan en la población: “Hay más presión acá que en la Bombonera”, contó en el año 2010. “En el barrio se ve de todo. Una vez estábamos jugando y me pusieron tres pistolas en la cabeza”, explicó.

Sin embargo, las calles no pavimentadas o los campos abiertos son refugio para ver a niños jugando a la pelota o elevando volantines. En una esquina de la población se encuentra la botillería Colo-Colo. Don Calderón, vecino fundador expresó que “tomaban todo lo que allí había. Chicha, vino, lo que alegrará”. Y además agregó: “Teníamos clubes de rayuela en el paradero de allá. Fui capitán del equipo, jugaba con las dos manos: métale izquierda y derecha”, “un rato rayuela larga” –interrumpió el periodista-, “y póngale rayuela corta”, remató. Es uno de los pocos barrios con identidad, patrimonio, historia y gran contenido humano. Más allá de la imaginaria que comunica la televisión y los poderes públicos. Garito aprendió que en cada porrazo había que levantarse para conseguir sus sueños: “Sé que hay muchos niños que deber querer ser futbolistas profesionales, llegar a la selección y ser campeones del mundo. A ellos les puedo decir que tienen que seguir sus sueños, no darse por vencidos, porque al final la recompensa puede llegar. Para triunfar, hay que tener hambre y deseos de ganarle a la vida”, comentó para el periódico La Segunda.

Su vida podría materializarse en un libro de auto ayuda o un documental cebollero de cómo superarse en la vida, porque su capacidad de resiliencia es bestial. Su padre, de oficio jardinero, nunca fue bueno para el fútbol, sin embargo sus hijos (el menor, Kevin, es seleccionado sub 20) tienen talento y coraje. En el año 2012 la televisión española lo entrevistó: “Desde chico quise ser futbolista. Pero cuando tenía 17 años y nacieron mis hijos gemelos Alejandro y Gary, ahí me enfoque por completo en el fútbol. Lo mejor que uno puede tener es la familia. En los brazos tengo tatuado el nombre de mi familia: Marisol, mi madre y Luis, mi padre, y acá (parte posterior del antebrazo) el nombre de mis gemelos, entonces cada vez que hago un gol me beso los tatuajes para dedicárselo”.

“La entrega de Gary es única. Estaba lesionado y seguía luchando igual. A los nueve años, ya iba a todas” contó su descubridor, Alfonso Garcés, viejo canoso que transita Santiago buscando talentos para llevarlos a Católica. Recuerdo el día que me cruzó para invitarme a la prueba de jugadores que hacía el club. Fui y, al lado mío, estaba un mocoso que le decían pitbull, ni chances de competir. “A veces, estoy cansado, pero veo a mis compañeros correr, y me dan ganas de seguir corriendo, es algo natural”.

“Eres el cuarto chileno en la historia del Inter (Zamorano, Pizarro y Jiménez) ¿tuviste la posibilidad de hablar con ellos?”, preguntó el periodista. “Muy feliz de llegar al Inter. No tuve la posibilidad de hablar con ninguno, pero sí  hablé con Mauricio Pinilla, me dijo que es un club muy grande que ha ganado muchas copas nacionales e internacionales”, fueron las primeras palabras vestido con la camiseta de entrenamiento del club italiano. “No he venido a reemplazar a nadie, vengo a marcar mi propia historia”, dijo el chileno  que utilizará el dorsal dieciocho. Garito Medel es todo lo que queremos ser. 



martes, 5 de agosto de 2014

Gonzalo y Rodrigo no, Mario sí

En partidos de primer orden, como es una final de copa del mundo, los jugadores tienen una capacidad técnica similar. No hay patas duras ni de fierro, al contrario son dotados con el balón. Además, se comprometen con la idea táctica: asumen roles, realizan tareas específicas y cooperan con el trabajo en equipo. Asimismo, todos vienen de matadoras temporadas europeas con equivalentes cargas de trabajo. O sea, son jugadores parecidos. Pero ¿qué hace que Gonzalo Higuaín o Rodrigo Palacio no puedan definir como Mario Gotze teniendo inclusive mejor ángulo de tiro? 

Faltando ocho minutos para el final, Zabaleta persiguió a Gotze que abandonó la banda para llenar el espacio del centro del ataque. André Schürrle, inteligente miró aquella zona y la pobló, corrió al león Mascherano y lanzó un centro forzado. Demichelis no estaba en su lugar porque pensó en interceptar un posible pase a Müller. Entrando al área chica, Gotze resolvió rápidamente: controló, miró, golpeó y anotó. El fundamento técnico de amortiguación fue perfecto, permitiéndole tomar una decisión que como resultado fue correcta, pues ahí radica la diferencia.


En los deportes colectivos la toma de decisiones es indispensable para desarrollar la tarea en forma óptima. Según Ruiz y Arruza, la toma de decisiones es “aquel proceso que lleva a la elección de un procedimiento de acción ante una situación que puede tener diferentes grados de complejidad, dinamismo e incertidumbre”. “No se puede creer lo que se perdió Higuaín, Tony Kroos le dio la pelota como un compañero, volvía mirando el cielo y se encontró con el balón. Ese no es Higuaín, señores y señoras ésa era la pelota de la vuelta olímpica”, relató Mariano Closs. “Estaba el regalo, con el moño, faltó abrirlo”, comentó Diego Latorre. Ambos discursos grafican que la posibilidad fue única e irrepetible. La ocasión desperdiciada es debate público, en cada rincón de Buenos Aires están los análisis afiebrados, pero casi todos los pensamientos coinciden en que el delantero del Napoli tomó una decisión con resultado negativo.    


Por otro lado, la ocasión de Rodrigo Palacio no fue un regalo alemán, sino, un centro europeo preciso de Marcos Rojo a la espalda de Mats Hummels. Sin embargo, hay un detalle que otorga otra conjetura para analizarla comparativamente. El delantero del Inter de Milan no hizo lo que sí hizo Gotze. Su amortiguación fue deficiente quedándole el balón muy lejano para tomar una decisión con efecto positivo. Tres o cuatro pasos largos del arquero, sólo le permitieron una posibilidad, patear sobre la humanidad de Neur.


Muchos deportistas poseen la capacidad de realizar de forma muy eficaz sus técnicas, pero debido a sus decisiones en la competición, los movimientos que seleccionan no son los adecuados ni bien no eligen las maniobras apropiadas con rapidez como para que cumplan su objetivo. La toma de decisiones se basa en tres áreas fundamentales: contexto, sujeto y tarea, por lo tanto, el análisis debe integrar todas las partes.

La toma de decisiones es lisa y llanamente una ejecución, el resultado de aquella le pondrá apellido de buena o mala decisión. 

miércoles, 30 de julio de 2014

Defensora multicultural del proceso



Bierhoff, Kahn y el capitán Matthaus deambulan desorientados sobre el Stade du Pays de Charlerou en Suiza. El golpe es duro, acaban de quedar eliminados en la fase de grupos de la Eurocopa Bélgica-Países Bajos 2000. La derrota tres a cero frente a Portugal de Lucho Figo es contundente. La participación no deja antecedentes salvables: cinco goles en contra, sólo uno a favor y últimos en un grupo conformado por: Portugal, Rumania (clasificados) e Inglaterra. La prensa alemana es brutal y exige cambios en el modelo.

Ballack, Frings y el panameño-brasilero Kuranyi discuten con el entrenador Rudi Völler luego de que el checo Milan Baros decretara el dos a uno en la Eurocopa Portugal 2004. El golpe es duro y abre viejas heridas europeas. Alemania terminó penúltimo en la fase de grupos atrás de República Checa y Países Bajos, sólo superó al débil Letonia. La participación roza la debacle: dos partidos empatados y dos goles a favor. El fuego bávaro está desapareciendo. La prensa internacional es cruel y reclama revisar las bases. 

La confederación despertó de su letargo y tomó cartas en el asunto. Despidió a Völler, asumió Jurgen Klinsmann –ambos dupla de ataque en Italia 90- la nueva propuesta era lógica: que los clubes que componen la Bundesliga asumieran el compromiso de que la prioridad es la selección. Se realizó un trabajo de captación con un biotipo de jugador en común: hábiles, técnicos y polifuncionales. Desafió a la federación contratando a un entrenador de hockey como coordinador de selecciones. El nuevo ciclo daba inicio y la Eurocopa 2008 estaba tocando la puerta.

El niño Torres aprovechó la complicidad entre el arquero Lehmann y el obediente Lahm, la picó antes del achique. “Escucho gol desde la grada, porque desde mi perspectiva no veo la portería, y cuando veo que está muy justa al palo, digo joder, Torres ha metido gol”, narró Casillas para la televisión. Schweinsteiger se lamentó en el medio de la cancha, otra vez bailó con la fea. Sin embargó, aquella noche en Viena no hay fracaso, al contrario, las bases están cimentadas para continuar trabajando.

Klinsmann dejó el puesto y asumió su ayudante de campo Joachim Löw. Transición prolija y manteniendo la forma. El nuevo técnico aplicó el desorden organizado: jugadores tienen tareas asignadas, pero se mueven con total libertad. En la Bundesliga Heynckes, entrenador del Bayer Múnich y Jürgen Klopp, entrenador del Borussia Dortmund comparten la idea y desarrollan doctrinas similares: la punta de lanza es el juego colectivo a través de la posesión de pelota, para cambiar el ritmo y la dirección en tres cuartos de cancha hacía delante. Organización completa, desde la base hasta la elite. Además, aparecieron nuevos jugadores jóvenes como Özil, Khedria, Gotze, Neur, Gündoğan y Boateng, el modelo incluye futbolistas de origen turco, tunecino, bosnio, polaco y ghanés.

El Durban Stadium en Sudáfrica es testigo de cómo Özil, Klose y Kroos observan el cabezazo salvaje de Puyol. Eliminados en semifinales, la derrota es tomada como herramienta para continuar trabajando, lejos del cortoplacismo, cerca de los procesos porque la fortaleza futbolística nace en la forma de jugar.

Badstuber, Hummels y Gómez incrédulos miran como Mario Balotelli les encajó dos goles en la semifinal de la Eurocopa Polonia-Ucrania 2012. Varsovia fueeVarsovia ess de seguir con el modelo contracultural.
ia 2012. Varsovia es testigo desmantelo  de los procesos, porque la fort testigo del derribo bávaro. Alemania superior en todos los indicadores de juego, por ejemplo en córners ganó 14 a 0, en posesión logró 54 por ciento contra 46 de su rival. El fútbol no conoce de justicia. La confederación mantiene a Löw en el cargo, él tiene ganas de seguir con el modelo contracultural.

Weidenfeller, Hummels, Gündoğan vestidos de amarillo bastones negros, al frente, Neur, Boateng, Müller envueltos de rojo tiras blancas. Final de la Uefa Champions League, el modelo coronó a un país en el mítico Wembley. Heynckes, triunfador en el éxito dio un paso al costado y concedió espacio para que el modelo iniciara su etapa final. El Bayer Múnich contrató a Guardiola. Neur, mejoró con los pies. Schweinsteiger, se convirtió en un organizador de lujo. Kroos, abandonó la alternancia para dar el salto a la elite. Boateng, supo que salir jugando era más conveniente que el pase lago. Müller empezó en la banda para terminar la jugada por el centro. Lahm jugó de cinco, de ocho, de tres, de todo. El español aportó funcionamiento colectivo a la forma, proyectándola a la condición de perfección.

Neur; Lahm, Hummels, Boateng, Höwedes; Kramer, Schweinsteiger, Müller, Kroos, Özil y Klose vestidos de blanco líneas rojas. No son rivales, al contrario, son aliados y luchan contra los leones de Sabella. La final es historia reciente y conocida. Alemania defensora multicultural del proceso.